La arquitectura bioclimática, ¿Qué es?
Alrededor del mundo existen entornos climáticos muy diversos: desiertos, climas fríos, polares, tropicales… Cada uno de ellos cuenta con una flora y fauna específicas adaptadas al medio, pero, curiosamente, los seres humanos que viven en todos ellos cuentan con las mismas características biológicas. Nuestro mejor aliado a la hora de poder asentarnos en cualquier entorno ha sido la arquitectura. El uso de materiales y estructuras que nos aislaran del medio y nos permitiesen aprovechar al máximo sus cualidades ha sido imprescindible, y en línea con esta premisa es cómo surge el concepto de arquitectura bioclimática.
¿Que es la arquitectura bioclimática?
La arquitectura bioclimática no es una nueva tendencia, de hecho, es la fórmula que justifica el porqué de las casas encaladas en Andalucía, la estrechez de las calles en Marruecos con construcciones orientadas hacia el interior, los tejados picudos con tejas de pizarra en zonas de nieve o la existencia de casas que prácticamente no tienen paredes en zonas tropicales.
Cuando hablamos de arquitectura bioclimática nos referimos, por tanto, al diseño de edificios en función de las condiciones climáticas. Esto significa tanto aprovechar como protegerse de los elementos (sol, lluvia, viento…) para lograr el máximo confort en el interior, al mismo tiempo que se cuida la integración estética con el entorno. Por último, un factor imprescindible es que la arquitectura bioclimática es que tiene el objetivo de ser eficiente: tener un consumo mínimo de energía y el menor impacto medioambiental posible.
Fundamentos de la arquitectura bioclimática
Los elementos que intervienen en la sensación de confort del ser humano son temperatura, humedad, radiación solar, viento y ventilación o movimiento del aire, y esto aplica tanto en una vivienda como en el exterior.
La arquitectura es una disciplina cuya capacidad para transformar dichos elementos en confort interno a través del diseño es inmensa. Para lograrlo, la rama de la arquitectura bioclimática pone el foco en:
- Orientación. Se trata de una decisión fundamental que va a determinar irremediablemente la eficiencia de un edifico y el confort interno. Permite la gestión de la energía solar, que es el uso de la energía calorífica del sol en lugares fríos, y en el aislamiento de la misma en los cálidos, aunque también será posible hacer adaptaciones estacionales mediante elementos móviles.
- Aislamiento térmico. Tanto si el objetivo es aislarse del frio, como del calor, es necesario que muros, tejado, puertas y ventanas garanticen el menor intercambio de temperatura posible. Este aislamiento llevará asociado también un aislamiento sonoro. Los avances técnicos y tecnológicos en el terreno de la arquitectura bioclimática permiten a día de hoy el uso de muros y suelos acumuladores térmicos, (que recogen el calor de la radiación solar y lo almacenan, para después liberarlo en función de las necesidades de la vivienda) o cubiertas ajardinadas (que protegen de la radiación solar, el ruido y mejoran la impermeabilización, al mismo tiempo que purifican el aire).
- Inercia térmica. Hablamos de la capacidad de la vivienda de mantener una temperatura estable y confortable. Los muros ocupan un papel fundamental en este aspecto.
- Ventilación. La ventilación cruzada es un elemento imprescindible en este tipo de construcciones. De hecho, se recurre al denominado Free Cooling en lugares cálidos para reducir la temperatura de la vivienda durante la noche, que después deberá mantenerse durante todo el día.
- Cubiertas. La arquitectura bioclimática encuentra en las cubiertas un elemento estratégico, ya que, en función de cómo se utilicen, pueden proporcionar un aislamiento adicional al edificio. Lo más habitual son las cubiertas ajardinadas, pero también se usan con frecuencia las cubiertas estanque, que cumplen una función similar, pero recurren a un estanque de agua o bien a sacos con agua.
Arquitectura bioclimática y medioambiente
Tan solo en la Unión Europea el 40 % del consumo total de energía y del 36 % de las emisiones de gases de efecto invernadero proceden de los edificios.
Con un parque inmobiliario ineficiente en un 75% desde el punto de vista energético y la puesta en marcha de directivas específicas por parte de la UE que tienen como objetivo mejorar la eficiencia energética de los edificios para alcanzar el objetivo de reducción del 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero, parece evidente que las viviendas bioclimáticas ofrecen una alternativa necesaria.
Cada vez más particulares deciden construir o remodelar, tanto casas como pisos, siguiendo las pautas de la arquitectura bioclimática. De hecho, en Ecoembes, hemos remodelado nuestras instalaciones tomando algunos criterios de arquitectura bioclimática para aumentar su eficiencia. Incluso podemos encontrar iniciativas que alcanzan el ámbito del urbanismo, como la ciudad de madera que se prevé construir en Dinamarca para 2025 contando con un modelo de arquitectura y desarrollo urbano sostenibles.
El objetivo no es otro que lograr edificios ecoeficientes, que además supongan una menor huella de carbono e hídrica (el uso de agua en el interior de este tipo de construcciones está optimizado).
Para ello se establecen objetivos prioritarios como el aprovechamiento de los recursos naturales para lograr el confort interior, el uso de materiales autóctonos (que prescinden del impacto energético del transporte y garantizan una óptima resistencia a las condiciones climáticas), el reciclaje de todos los materiales de construcción, el uso de energías renovables (para no contaminar y conseguir la autosuficiencia), al mismo tiempo que se apuesta por la innovación, tanto en materiales como en tecnologías.