Qué es el entorno profesional y cómo puede ayudar a retener el talento
Uno de los factores esenciales a la hora de retener talento es el entorno profesional. Hablamos de todos los elementos que conforman el contexto en el que el trabajador desarrolla su actividad y que son determinantes a la hora de establecer vínculos con la empresa. A continuación analizaremos los elementos que lo definen:
¿Qué define el entorno profesional?
El entorno profesional se estructura en torno a cuatro elementos:
Físicos
Alude a todas las características físicas que definen el espacio de trabajo. Hablamos de las instalaciones en las que se desarrolla la actividad profesional, sus dimensiones, el mobiliario, la manera en que se estructura el espacio… No es lo mismo una sede grande que una oficina pequeña, ya que las dinámicas que se propician en cada una de ellas son distintas.
Del mismo modo no obtendremos los mismos resultados distribuyendo a los miembros del equipo en espacios abiertos que en despachos. Los espacios de encuentro para los empleados también van a determinar el tipo de relaciones y dinámicas que se van estableciendo.
Por otro lado, en trabajos con una dimensión más física (fábricas, talleres, plantas químicas…) el espacio es esencial a la hora de garantizar el bienestar de los trabajadores, que están expuestos a un mayor número de riesgos laborales (relacionados con el uso de maquinaria, materiales tóxicos, emisión de gases…). En resumen, hablamos de un elemento estructurador que definirá en buena medida la forma de trabajar y el bienestar de los trabajadores.
Psicosociales
Este punto recoge todos los elementos que definen los comportamientos y formas de relacionarse dentro del contexto de la empresa. En este sentido tiene gran importancia la cultura empresarial, que es el conjunto de normas, valores y formas de actuar que la empresa traslada a sus empleados a través de diferentes fórmulas (manual de estilo, normas, rutinas…).
La cultura de empresa define cómo la organización y sus miembros se comportan a nivel interno, pero también cómo intervienen en el ecosistema empresarial. Afecta a aspectos tan diversos como el grado de formalidad, la jerarquización u horizontalidad, la forma de vestir, el trato con proveedores y clientes, el estilo de dirección o dinámicas y comportamientos internos (comunicación, productividad, competitividad entre empleados, compañerismo…).
Recursos de salud y bienestar
El bienestar en el trabajo viene determinado por multitud de factores, pero una vez garantizado el bienestar esencial (ergonomía, prevención de riesgos, salario acorde a la responsabilidad…) se pueden añadir elementos que mejoren la vida (profesional y/o personal) de los trabajadores como la flexibilidad horaria, el teletrabajo, espacios físicos y temporales para el descanso…
Aunque todos estos factores no son consecuencia de la actividad profesional que desempeña el empleado (de hecho, pueden no guardar ningún tipo de relación con ella), su importancia reside en que mejoran bienestar del trabajador y la percepción que tiene de su empresa.
Impacto en la sociedad
Toda empresa tiene un impacto en el ecosistema en que se desarrolla desde el punto de vista social, económico, medioambiental… Es por ello que entre sus diferentes responsabilidades está crear un entorno sostenible, esto abre líneas de actuación a dos niveles: interno y externo. Internamente este planteamiento significa aplicar políticas de igualdad, la búsqueda de la conciliación de la vida personal y profesional… es decir, todas aquellas medidas que influyen en la vida de los trabajadores y en cómo estos intervienen en sociedad.
En lo referente al impacto externo, el objetivo de las empresas debe ser contribuir a una economía que se mantenga en base a un modelo sostenible desde el punto de vista social y ambiental: entender que sus acciones actuales tienen impacto en el presente, pero también en el futuro, y trabajar para que contribuyan a que éste sea más incluyente y sostenible.
Todos estos factores tienen consecuencias directas en el día a día del trabajador, lo cual influye directamente en cómo percibe su compromiso con la empresa y su rendimiento, pero también reduce el riesgo de amenazas como el absentismo, la fuga de talento o un exceso de rotación.
Cómo mejorar el entorno laboral
Partimos de la base de que las principales amenazas que implica descuidar el entorno profesional son el descenso de la productividad, el absentismo laboral, baja motivación, falta de compromiso, escasa retención del talento y alta rotación. Todos estos factores influyen de forma muy directa en la evolución de la compañía, por lo que es conveniente poner especial cuidado en cada uno de los elementos que va conformando el entorno profesional.
No obstante, existen varios factores que tienen una significación más relevante a la hora de definir cómo percibe un trabajador su relación con la empresa:
- Horarios. Respetar los horarios es una medida esencial y el primer paso cuando se ponen sobre la mesa medidas de conciliación. La tendencia a extender horarios genera frustración, estrés y malestar entre las personas que la sufren, sin llegar a tener un efecto positivo en el rendimiento o la productividad.
- Descanso. Tanto si hablamos de momentos de descanso dentro del horario de trabajo, como del tiempo que queda fuera de la jornada laboral, tenemos que aplicar una máxima y es evitar que haya interferencias relacionadas con el trabajo: llamadas a deshora, tiempos de comida acortados… son grandes enemigos del bienestar de los trabajadores. Sin un descanso adecuado el rendimiento desciende notablemente.
- Comunicación. Es necesario propiciar que la comunicación funcione bidireccionalmente. De esta manera se logrará un clima de transparencia y relaciones profesionales saneadas.
- Buena definición de puestos de trabajo, tareas y responsabilidades. Cuando los trabajadores conocen cuáles son sus obligaciones y dónde están los límites de estas, se logra un clima de trabajo saludable en el que la competitividad solo surge con un enfoque constructivo y es posible la cooperación.
- Planes de desarrollo. Un contexto de trabajo en el que los profesionales sienten que pueden crecer y evolucionar es estimulante, y esencial para retener el talento. Esto implica formación profesional, programas de capacitación, planes de carrera profesional…
Sin lugar a dudas el entorno profesional es un entramado complejo en el que intervienen multitud de factores, pero afortunadamente todos ellos son controlables y medibles, por lo que su cuidado y supervisión resultan prioritarios si queremos retener el talento.