Qué es la gig economy 

Gig economy

Pequeñas porciones que, sumadas, completan una vida laboral plena. Esta puede ser una de las visiones que definen la llamada gig economy o economía de plataforma, aunque en realidad la comprenderemos mejor si decimos que son trabajos puntuales encargados a un freelance por parte de una empresa a través de plataformas digitales

Es un modelo creciente que refleja la transformación que está viviendo el mundo del trabajo y la necesidad de una mayor flexibilidad y adaptabilidad a la hora de desarrollar productos, servicios o proyectos. 

El término inglés “gig” proviene del mundo musical y hace referencia a actuaciones cortas.  Aunque es una tendencia que ya tiene varios años, especialmente desde la crisis financiera de 2008, se aceleró con la pandemia del Covid en 2020 y 2021, cuando muchas empresas comenzaron a utilizar el teletrabajo y a una red más amplia de colaboradores. 

La plataforma temática de gig economy que más rápido se desarrolló fue TaskRabbit, especializada en tareas domésticas y mudanzas, aunque quizás las más conocidas sean Uber, el servicio de transporte personal, el alquiler de viviendas Airbnb, el distribuidor online Amazon y las empresas de reparto como Glovo

Por otra parte, existen plataformas que no son de una sola marca, sino que agrupan oferta y demanda para diferentes profesiones. Es el caso de Fiverr, la plataforma de freelances más grande del mundo con cerca de 50 millones de transacciones en actividades como edición de textos o videos, artes gráficas, música, programación web y cualquier actividad que se pueda hacer y entregar online. 

Gig Economy y la nueva normalidad del trabajo remoto 

Si hay tres características que despuntan sobre las demás en la gig economy son la deslocalización, la flexibilidad y la comunicación online. De hecho, las principales actividades laborales donde más triunfa la economía de plataforma están relacionadas con la creatividad y las nuevas tecnologías. 

Un buen ordenador, un buen smartphone y es posible trabajar desde cualquier punto del Planeta, al menos si realizan, por ejemplo, contenidos digitales, planificación de proyectos, desarrollos de internet o cualquier otra actividad vinculada a las nuevas tecnologías y la digitalización. 

Por el contrario, la gig economy de los sectores antes mencionados, como la distribución, el transporte o las tareas domésticas reducen más la posibilidad de trabajar en remoto, aunque en estos casos las nuevas tecnologías también son claves, pues muchos de estos servicios basan la relación empresa-freelance exclusivamente en sus plataformas digitales. 

Los trabajos le llegan al freelance por mensaje móvil: datos, fechas de entrega, características… Para ello, en muchos casos es el freelance el que tiene que estar dado de alta en la plataforma de la empresa, donde se cruzan oferta y demanda para distribuir los trabajos entre los colaboradores. 

Habilidades y estrategias para prosperar en la gig economy 

Trabajar en el entorno de la gig economy requiere una serie de habilidades relacionadas con la organización del tiempo, el uso preciso de los recursos y, en muchos casos, la especialización del trabajo que ofrece el freelance. 

Además, hay una serie de ventajas sobre un empleo tradicional: 

  • Flexibilidad. Puedes organizar tu jornada según te convenga más y decidir el tiempo que se invierte en cada uno de los proyectos de forma más flexible. Lo más importante es contar con buenas comunicaciones online. Además, para trabajar sólo se necesita un ordenador y conexión a Internet. 
  • Productividad. Es el freelance quien elige, diagnostica y evalúa el trabajo que le han encargado. De este modo controla la productividad y recursos empleados en cada proyecto. 
  • Conciliación. Como trabajador autónomo, el freelance disfruta de mayor facilidad para poder conciliar la vida laboral y personal. 
  • Ingresos complementarios. Una opción interesante es tener un empleo fijo y compatibilizarlo con encargos de terceros, en función del tiempo disponible. 
  • Motivación laboral. Ser tú mismo el principal y único responsable del trabajo es un reto personal que permite decidir en cada momento qué rumbo se quiere tomar en la vida laboral. 

Marketing Personal y Desarrollo de Clientes 

Si se trabaja en la gig economy como freelance cada uno es su propia marca personal. Hay que “ponerse en valor” y acumular buenos resultados que van creando un perfil profesional de alta credibilidad. Solo así se podrá desarrollar una estrategia de marketing personal y aumentar los encargos y los clientes. 

Para ello, hay que tener claras algunas cuestiones: 

  • Encontrar el nicho. Es fundamental crear tu propio nicho personal, sabiendo cuáles son tus mejores virtudes y habilidades. Encontrar el enfoque de nuestro trabajo y el sector al que nos queremos dirigir es imprescindible para comenzar a ganar una buena cartera de clientes. 
  • Las redes sociales. Son una herramienta clave en la gig economy y el camino imprescindible para conectar a los colaboradores especialistas con las empresas que demandan servicios y profesionales con determinadas habilidades. Son una fuente directa y encilla para captar clientes. 
  • Horario. La flexibilidad de horarios es una de las ventanas de este sistema de colaboración, pero hay que ser muy consciente de las limitaciones de cada uno y evitar aceptar más encargos de los que se pueden sacar adelante. Otra ventaja es la capacidad de conciliar la vida laboral con la profesional. 
  • Hacer bien los números. Un trabajador freelance propone unos presupuestos acordes a las capacidades de cada cliente o al tipo de encargo (a veces es al contrario), pero también tiene que cuantificar muy bien sus propios costes, como por ejemplo materiales necesarios, gastos generales, pago de impuestos y el precio por hora trabajada. Es importante tener esto en cuenta, porque así se evitará acabar trabajando para finalmente no tener ingresos o, en el peor de los casos, perder dinero. 
  • Trabajar la reputación. Cuando se asume un encargo hay que centrarse al 100% en hacerlo lo mejor posible. Las plataformas de gig economy o los espacios de encuentro empresa-profesional de las redes sociales se retroalimentan y comparten información. Dejar una buena huella laboral es la mejor forma de recibir más encargos. 
  • Mostrar la valía. La mejor carta de presentación de un trabajador que se mueve en la gig economy es mostrar los proyectos realizados. Una web o un blog que recopile los trabajos desarrollados servirá a los futuros clientes para hacerse una idea de sus capacidades. 

El Papel de las plataformas de gig economy 

Las empresas que basan su modelo en la gig economy han aumentado de forma exponencial en los últimos años. La consultora McKinsey revela en un informe que entre el 20% y el 30% de la población activa enEstados Unidos y Europa ya participa en la gig economy de un modo otro, lo que supone cerca de 160 millones de trabajadores. 

Las plataformas digitales de gig economy están adquiriendo una importante presencia, pues el 15% de los freelances las han usado en algún momento de su carrera, tanto de los profesionales que se dedican al 100% a las colaboraciones como aquellos que aceptan trabajos puntuales para complementar los ingresos de un empleo fijo. De hecho, según este informe de McKinsey, uno de cada seis trabajadores con empleos fijos estaría dispuesto a valorar la posibilidad de aceptar encargos puntuales para aumentar sus ingresos. 

El futuro de la gig economy parece asegurado. Cada año aumentan los profesionales que optan por esta modalidad.  Un estudio realizado por Gallup indica que el 36% de los trabajadores estadounidenses participaban de alguna forma en la gig economy, aunque donde esta cifra se está disparando es en la India (40%) y China (45%), siempre contando con las dos tipologías: profesionales que solo trabajan con encargos y trabajadores que hacen encargos puntuales aun teniendo un empleo fijo con el objeto de mejorar sus ingresos, aunque los primeros son mayoría. 

Planificación Financiera y Previsión de Ingresos 

Los datos sobre cuánto dinero mueven la gig economy es el que arrojan las transacciones basadas en plataformas. Se calcula que en 2023, estas plataformas cerraron el año con un volumen de negocio mundial en torno a los 450.000 millones de dólares. Los sectores más importantes son el transporte (58% del total del negocio) y la distribución/servicios compartidos (31%). En general, entre el 66% y el 75% de este volumen de negocio acaba en el bolsillo de los trabajadores que prestan los servicios, mientras que los ingresos restantes se queda en las plataformas. 

Regulación, desafíos sociales y seguridad laboral 

En nuestro país, la actividad generada por la gig economy está regulada a través del régimen de autónomos. Además, la creciente demanda de profesionales bajo este formato provocó la aprobación en 2021 de la Ley de Startups, cuya finalidad es promover el emprendimiento personal. 

En la gig economy, por tanto, no existe un contrato laboral entre proveedor y empresa, lo que le permite al trabajador mayor flexibilidad a la hora de elegir los encargos y le ofrece las ventajas de estar inscrito como autónomo (deducciones por gastos). 

No obstante también hay que tener en cuenta que el modelo genera cierta precariedad laboral (en muchos casos los ingresos son muy bajos) y que muchos de los profesionales que usan este modelo lo hacen porque no encuentran un puesto de trabajo más convencional. De hecho, según algunos estudios el empleo de estas plataformas genera más desigualdad. 

También es importante señalar que, dado que toda la relación proveedor-empresa se realiza de manera digital, es importante garantizar la fiabilidad de las operaciones. Por ello, algunas plataformas de gig economy como Ethlance o Coinlancer han introducido la tecnología blockchain para garantizar todo el proceso con la máxima seguridad y transparencia. Más polémico es el hecho de que algunas de ellas, además de incorporar procesos de blockchain, pueden pagar los trabajos realizados en criptomonedas

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