La evolución del teletrabajo
El teletrabajo se ha convertido en un interesante reclamo para muchos profesionales que encuentran en esta fórmula una garantía para la conciliación de su vida personal con la profesional. En vista de la buena acogida que tiene, tras la pandemia provocada por el coronavirus muchas empresas empezaron a normalizar un modelo híbrido con uno o varios días de teletrabajo a la semana o, las más innovadoras, a liberar por completo el modo de trabajo, dejándolo a elección de sus trabajadores. Por ello, no son pocas las ventajas del teletrabajo tal y como veremos a continuación.
Hablamos de un modelo que reporta grandes ventajas a quienes disfrutan de él: libertad y flexibilidad, ahorro de tiempo y dinero, deslocalización… y al mismo tiempo ha garantizado a las empresas un aumento de la productividad, una reducción de las bajas, retención del talento y procesos selectivos más amplios en los que la variable geográfica deja de ser un obstáculo.
Todo esto ha propiciado que el teletrabajo haya tenido un rápido arraigo. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, antes de la COVID en 2019, el porcentaje de empleados que utilizaba este sistema era solo del 4,8 %, en 2022 ascendió al 14%. El teletrabajo en nuestro país se extendió de manera forzosa, de hecho, no existía una legislación específica, por lo que se tuvo que aprobar de forma urgente el Real Decreto Ley 28/2020, y posteriormente el 11 de julio de 2021 entró en vigor la nueva Ley de Teletrabajo.
Adaptación de las empresas a un nuevo modelo
La rapidez con la que tuvimos que adaptarnos al teletrabajo hizo que en primera instancia las empresas actuasen de manera urgente de acuerdo con la gravedad de la situación que presentaba el estado de alarma, pero inmediatamente después fue necesario establecer un marco legal que garantizase una serie de derechos a los trabajadores, por ese motivo surgieron en primer lugar el Real Decreto, y posteriormente la Ley de Teletrabajo, lo que hizo que muchas empresas cancelaran esta fórmula hasta que las condiciones que ofrecían a sus trabajadores cumplieran con la legislación vigente.
Debemos tener en cuenta que la ley considera teletrabajo “aquel trabajo a distancia que se lleva a cabo mediante el uso exclusivo o prevalente de medios y sistemas informáticos, telemáticos y de telecomunicación.” Además, para considerarlo como tal, el tiempo de teletrabajo debe ser como mínimo el 30% de la jornada del trabajador (por ejemplo, en un caso habitual de 40 horas semanales repartidas en cinco días, el teletrabajo ocuparía al menos un día y medio a la semana). Este es un dato importante, ya que muchas empresas ofrecen un día de teletrabajo a la semana y en ese caso, al ser menos del 30% de la jornada, la Ley de Teletrabajo no aplica.
Cuando una empresa ofrece la modalidad de teletrabajo en los términos que establece la Ley, debe firmar un acuerdo específico con los trabajadores (puede ser dentro del contrato, cuando se trata de nuevas incorporaciones, o en un anexo para los empleados que ya están en plantilla). En él deben quedar recogidos específicamente los cambios en las condiciones de prestación de servicios a distancia. El hecho de contar con trabajadores en plantilla que cumplen con la fórmula de teletrabajo sin tener un contrato relativo a las condiciones del mismo es una infracción grave que puede suponer sanciones entre 751 y 7.500 euros.
Aspectos más sensibles del teletrabajo
La Ley de Teletrabajo determina los derechos y obligaciones del trabajador en un supuesto que hasta ahora afectaba a una minoría poco relevante. Cambia el contexto, porque el teletrabajador se deslocaliza, por tanto cambia la manera de regular su actividad. A continuación, analizamos algunos de los aspectos más sensibles.
En primer lugar, en el momento en el que el trabajo se realiza fuera de la oficina surgen una serie de gastos asociados al desarrollo de la actividad profesional (equipos, herramientas, medios…) que no debe asumir el empleado, sino la empresa. Se determinarán en convenio colectivo los gastos contemplados y la forma de compensación.
El teletrabajo encuentra su gran reto en la ausencia física del trabajador, por ello la Ley de Teletrabajo plantea la necesidad de un sistema de registro horario, que permitirá una mejor gestión cuanto más detallado sea. A través de sistemas que no vulneren los derechos del trabajador es posible recoger el inicio y fin de la jornada, tiempo de activación de equipos, tramos de actividad, tiempo de preparación para las tareas y entrega, reuniones… En la actualidad existen multitud de aplicaciones que ofrecen este servicio de monitorización sin vulnerar la privacidad ni la dignidad de los trabajadores, tal como plantea la Ley.
Al mismo tiempo, el hecho de que el trabajador pueda tener acceso inmediato a sus equipos de trabajo hace que la ley exija el cumplimiento del Derecho a la Desconexión Digital fuera del horario de trabajo, de manera que se garantiza el descanso fuera de su jornada laboral.
El factor de la deslocalización hace también necesario revisar las condiciones de prevención de riesgos laborales. La empresa debe estudiar en detalle las características del puesto, incluyendo tiempo de disponibilidad, descansos, desconexiones… para evaluar los riesgos y poder prevenirlos. Posteriormente solicitará al empleado la información necesaria para supervisar la adecuación del puesto en el que realiza el teletrabajo, e incluso, si el trabajador está de acuerdo, puede requerir la visita de un técnico en prevención de riesgos que realice un análisis pormenorizado in situ y permita una correcta adaptación de su espacio de trabajo.
El futuro del teletrabajo
La buena acogida que ha tenido el teletrabajo deja claro que es una fórmula asentada de la que sólo queda esperar un crecimiento.
Además de las ventajas que ofrece en cuanto a conciliación, el teletrabajo tiene un impacto muy positivo en el medioambiente (solo el hecho de retirar a miles de trabajadores con sus vehículos de las carreteras cada día significa la reducir el volumen de emisiones de CO2), pero también tiene un impacto positivo en la productividad.
Por supuesto se trata de un modelo que aún tiene que evolucionar, ya según una gran encuesta internacional ofrece retos la sensación de soledad y la dificultad de desconectar del trabajo. El teletrabajo debe llevar asociadas medidas de apoyo por parte de las empresas, para poder detectar si existe algún riesgo para la salud mental y actuar para evitarlo.
Mientras avanzamos en el proceso de alcanzar la fórmula perfecta, en Ecoembes optamos por quedarnos con los beneficios que nos ofrece el modelo híbrido, con dos días de teletrabajo a la semana, que permite a nuestros equipos disfrutar de las ventajas de cada una de estas fórmulas.