Síndrome de Munchausen laboral 

ÍNDROME DE MUNCHAUSEN

Si has oído hablar del síndrome de Münchausen probablemente lo asocies a la constante identificación de enfermedades y síntomas que percibe una persona en sí misma y que esconden tras de sí un trastorno con el que la persona trata, sencillamente, de recibir cuidados y atenciones. Este síndrome tiene diferentes variantes como el síndrome de Munchausen por poderes, cuando son los padres los que identifican enfermedades en un niño sano para mostrarse como excelentes cuidadores por tener enfermos a su cargo o el síndrome de Munchausen laboral, en el que quien lo sufre tiende a generar conflictos para resolverlos después creyéndose un salvador de la empresa, sin duda una grave amenaza para el clima laboral.  

Qué es el síndrome de Munchausen 

Cuando hablamos del síndrome de Munchausen en cualquiera de sus variantes nos referimos a un trastorno psicológico complejo y difícil de identificar en el que la persona que lo padece trata de llamar la atención de las personas que le rodean, hasta el punto de alterar su percepción de la realidad y manipular el entorno.  

El síndrome de Munchaüsen toma su nombre de un personaje real: Karl Friedrich Hieronymus, Barón de Münchhausen (que vivió entre 1720 y 1797). Al cese de su actividad como militar prusiano se retiró a un castillo donde disfrutaba compartiendo con sus amigos aventuras increíbles que en realidad nunca habían sucedido: un viaje a la luna, haber bailado en el interior de una ballena o viajado en la bala de un cañón. Lo surrealista de estos relatos, en los que destacaba su figura heróica, dio lugar a un clásico de la literatura infantil “Las aventuras del barón de Munchausen». 

Síndrome de Munchausen laboral

El síndrome de Munchausen laboral es una enfermedad o lesión profesional que conlleva un comportamiento muy complejo y dañino para la empresa. En él la persona que lo padece mantiene una excelente reputación gracias a la resolución de problemas que el o ella ha generado.  

Normalmente esta patología se da en mandos intermedios que han logrado posicionarse dentro de la empresa como excelentes mediadores de conflictos o subsanadores de problemas. Conflictos y problemas que ellos mismos han padecido, exagerado o inventado o que ni siquiera existen (por ejemplo pueden reportar la resolución de problemas que no se han dado con clientes o proveedores). Su perfil psicológico encaja con un bajo nivel de autoestima e inseguridad, que buscan el reconocimiento social, y un temor constante a perder su estatus o puesto de trabajo. Se trata además de profesionales muy involucrados con la organización que no suelen tener inconveniente en dedicar tiempo y recursos a la resolución de problemas y cuidar enfermos. Al mismo tiempo, son personas que tienen especial cuidado en poner de manifiesto sus logros con el objetivo de posicionarse como salvadores y perfilar una buena reputación. 

Este tipo de perfil supone varias amenazas: por un lado no son fáciles de identificar, ya que ponen especial cuidado en que su relato sea creíble o, si es necesario, actúan de manera muy sutil para crear un conflicto real. Por otro lado, suponen una verdadera amenaza para la productividad de la empresa (dedican mucho tiempo a generar el relato, ya sea imaginando situaciones inventando una enfermedad o generando un conflicto que repercutirá en al productividad de sus compañeros) y el ambiente laboral (cuando se dedican a fabricar u organizar conflictos entre compañeros para después presentarse como mediadores). 

Cómo detectar el síndrome de Munchausen laboral

Como planteábamos anteriormente, uno de los principales problemas del síndrome de Munchausen laboral es que la manera en que se produce hace especialmente complicada su detección. No obstante, existen algunos indicadores que pueden despertar las alertas:  

  • El salvador. La persona que padece este síndrome tiene muy buena reputación dentro de la organización, se le reconoce como un buen trabajador y además suele protagonizar la resolución de conflictos o problemas. 
  • Autosuficiencia. Aunque es conocido que esta persona esta presente en la resolución de problemas, normalmente actúa de manera autosuficiente y no pide ni quiere ayuda. 
  • Control de la información. Para que las acciones de la persona que sufre el síndrome de Munchausen funcionen, suele limitarse a presentar el problema y el hecho de que lo ha resuelto, evitando ahondar en él o que sus superiores profundicen de cualquier modo. Para ello le restará importancia recurriendo a la falsa modestia, desviará el tema… En ocasiones la posición de este tipo de perfiles facilita ese control de información ya que escoge qué va a transmitir a sus superiores que normalmente no cotejarán los datos con los subordinados de este empleado. 
  • Problemas diluidos. Normalmente será la persona que sufre el síndrome de Munchausen laboral la que explique el problema y lo ponga de manifiesto, en muchos casos los miembros del equipo no son capaces de reconocerlo tan claramente o de interpretar el mismo nivel de gravedad.  
  • Los problemas se identifican en su entorno. Se da una paradoja y es que los problemas surgen donde está esta persona (en su división o departamento), pero como es quien los resuelve es prácticamente imposible que se puedan asociar a su figura. 

Cómo actuar ante este síndrome

Cuando hemos detectado varios de estos rasgos en una misma persona podemos activar las alarmas porque es posible que nos encontremos ante un caso de síndrome de Munchausen laboral. En tal caso lo más recomendable es encontrar el origen del problema, dejar de alimentarlo y para ello tendremos que actuar en dos líneas distintas:  

  • Limitar las oportunidades para que genere/resuelva conflictos. 
  • Limitar las felicitaciones y recompensas que recibe por este tipo de logros. 
  1. El síndrome de Munchausen de trata de un síndrome profesional que, si bien resulta poco conocido, es interesante conocer ya que debido a su complejidad puede convertirse en una grave amenaza. Es estratégico para la salud de la organización ser capaces de localizarlo y actuar con rapidez. 

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