Analista en medio ambiente
El impacto humano en nuestro ecosistema es inevitable. Cualquier acción que hacemos influye de manera directa o indirecta y en mayor o menor medida. Buscar que calidad de vida y respeto del entorno vayan de la mano no es una tarea sencilla y, por ello, el papel de los analistas en medio ambiente es fundamental. El fruto más inmediato de su trabajo es garantizar buenas prácticas en una amplia variedad de campos relacionados con el medio ambiente: desde el análisis del suelo hasta la hidrología, pasando por la contaminación del aire.
Un analista en medio ambiente es una profesión con mucho futuro y puede ejercer su profesión tanto en organismos gubernamentales, estatales y locales, como en empresas privadas, pues ambos necesitan determinar el impacto real de sus acciones para poder implantar políticas que aminoren los daños causados. Además, asegurar el cumplimiento de la normativa vigente es un punto que cobra especial relevancia ahora que, en materia de medio ambiente, se están intentando impulsar cada vez más leyes que favorezcan la preservación y sostenibilidad de los recursos naturales finitos y, en general, del planeta. Incluso, en ONGs podrían desempañar varios ámbitos ocupaciones.
Funciones del analista en medio ambiente
Su principal función se centra en la recopilación e interpretación de datos, utilizando la información para crear soluciones a los problemas ambientales. Normalmente suelen intercalar trabajo de campo y trabajo en laboratorio para examinar los hallazgos, a través de gráficos, tablas o modelos estadísticos, y compararlos con anteriores estudios. De esa forma, será posible determinar el alcance y las causas de los cambios ambientales. A nivel formativo, es crucial poseer altos conocimientos en la propia materia, en análisis de datos, conocimientos en disciplinas científicas y de ingeniería, mapeo digital, o estadística, entre otros, además de excelentes dotes de comunicación para transmitir toda la información eficientemente al resto de integrantes de los equipos.
Por ejemplo, llevándolo a la práctica, una empresa puede querer saber exactamente cuánta contaminación están generando sus operaciones. Allí es donde entraría la labor del analista en medio ambiente, que investigará y propondrá maneras de reducir sus emisiones, a través de la planificación y desarrollo de estrategias eco-friendly. Cambiar de hábitos para no comprometer a las generaciones futuras y ser más respetuosos con el medio ambiente, a veces, solo es cuestión de hacer un clic en nuestra mentalidad. Y ello no tiene por qué necesariamente implicar un coste alto adicional.
Ventajas e inconvenientes de trabajar como analista de medio ambiente
Evidentemente, como cualquier otra ocupación, trabajar como analista en medio ambiente tiene sus pros y sus contras. La cara más amable de esta profesión es la satisfacción personal que nos proporciona ser partícipes de la protección de nuestro medio ambiente. A nivel de oportunidades, se espera que la demanda crezca aún más de lo que lo están haciendo debido a tres cuestiones: el creciente interés público en los temas ambientales, la aprobación de leyes ambientales más estrictas y la cabida que tiene en todo tipo de organizaciones. La Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos (BLS) informó de que se esperaba que el empleo de científicos y especialistas en medio ambiente aumente a una tasa promedio del 15% entre 2012 y 2022, lo que supone unos 13.200 nuevos puestos. En relación al salario, debido a la importancia que está cobrando, se sitúa algo superior a la media.
En el lado opuesto, la falta de horarios y, a veces, las interminables jornadas laborales en trabajo de campo, puede ser unos de los factores a valorar negativamente. Además del esfuerzo físico que ello implica y el riesgo de peligros ambientales debido a la inhalación de aire. Adicionalmente, tal y como hemos explicado anteriormente, la formación para poder desempeñar exitosamente este puesto de trabajo puede suponer una prolongación en cuanto a estudios de entre 2 a 8 años.
