Apostar por las personas
Si una organización está comprometida con la sociedad debe apostar por las personas y, en primer lugar, por sus colaboradores. Esta idea forma parte de una transformación que en los últimos años ha dado paso a una nueva cultura corporativa en la que las personas y sus emociones se sitúan en el centro de la toma de decisiones y la comunicación interna es la principal herramienta para construir confianza y una nueva escala de valores.
El centro de esta nueva escala de valores es el bienestar de los empleados que se mediría en torno a factores como la credibilidad, el trato justo e igualitario o sus posibilidades de desarrollo. Para lograr satisfacer sus intereses es esencial alcanzar un buen clima laboral de empresa que sirva para conocer qué expectativas tienen nuestros colaboradores.
La importancia de la comunicación interna y de Apostar por las personas
A partir de ahí, además de hacerles partícipes a través de reforzar la comunicación interna se pueden usar herramientas como planes de formación o modelos eficaces para la gestión de las medidas de conciliación, teniendo en cuenta que ésta última no se trata solamente de flexibilidad temporal y espacial ni de trabajar menos, si no de trabajar mejor.
En este sentido, conciliar de verdad es apostar por la persona y adoptar medidas de apoyo a la familia pero también otras que faciliten el desarrollo personal y profesional o la igualdad de oportunidades. Todo ello incrementa el compromiso del empleado con la organización y aumenta además su eficiencia y productividad ya que está demostrado que el colaborador trabaja mejor en un entorno flexible.
Esta tendencia se ha intensificado con la crisis del COVID-19, el teletrabajo y la acelerada digitalización que han tenido que acometer muchas empresas. El informe ‘Human Smart Working’, publicado tras la crisis del COVID 19, confirma que la tendencia de la cultura empresarial de muchas organizaciones en España es poner a la persona en el centro y que en un contexto en el que la automatización sostenible de procesos se acelera es necesario potenciar las cualidades más humanas de la persona, como la creatividad, la curiosidad, la resolución de problemas complejos o el pensamiento crítico.
Además, afirma que durante el estado de alarma en aquellas organizaciones que transmitieron preocupación positiva por su gente, el resultado fue sorprendentemente positivo. “En los meses más oscuros de la pandemia se incrementaron los índices de satisfacción y se obtuvieron mejores resultados. Ya sabemos que se trabajó demasiado y en condiciones claramente mejorables. Estábamos en pleno estado de alarma. Pero todo funcionó. Aquellas empresas que pusieron a las personas en el centro lograron una gran respuesta de sus profesionales. La confianza salió reforzada”.
Asimismo, señala que “Las ‘competencias transversales’, que han explicado la mayor eficacia de las personas y equipos durante la crisis, están más cercanas a cualidades personales más genuinamente humanas que los modelos culturales vinculados a la transformación digital ya venían reclamando”.