Causas del bajo rendimiento laboral
El rendimiento de los empleados constituye un valor esencial para las empresas. Independientemente del puesto que desempeñe un profesional, situaciones como el estrés o la desmotivación pueden llegar a reducir su productividad hasta un 40%.
El hecho de que un valor tan relevante como el rendimiento esté ligado al bienestar emocional y físico de las personas que forman la organización podría hacernos pensar que es algo difícil de controlar o de mantener, ya que todos estamos expuestos a sufrir estrés, atravesar dificultades personales… y la empresa no puede resolver todos nuestros problemas. Pero lo cierto es que las organizaciones pueden hacer mucho por el bienestar de sus equipos, el objetivo es intervenir allá donde pueden hacerlo.
Causas del bajo rendimiento en el trabajo
Para poder afirmar que hay un bajo rendimiento laboral, primero es necesario medir la productividad, sólo de este modo podremos sacar conclusiones reales. Para ello se deben fijar unos objetivos medibles, observar el resultado del trabajo de cada miembro de la organización y mantener entrevistas. Solamente utilizando datos objetivos sabremos si hay una bajada de productividad que puede tener su origen en diferentes causas:
- Falta de motivación. Las razones por las cuales generalmente sentimos desmotivación suelen deberse a cuestiones externas a la empresa, o bien porque no sentimos que nuestro trabajo y logros están siendo valorados. En casos extremos, incluso es posible sufrir el síndrome del burnout o del trabajador quemado. Entonces, es aconsejable ponerse en manos de profesionales para que la situación no vaya a peor.
- Clima laboral incómodo. Puede deberse tanto a factores ambientales e higiénicos (el ruido, la temperatura, la decoración, la iluminación o la calidad del aire, entre otros), que son factores clave y una de las causas de bajo rendimiento laboral, pero también puede tener al ambiente laboral que se respira entre compañeros e incluso jefes. La desconfianza entre personas del equipo o con mandos superiores es un gran problema pues implica perder el respeto hacia ellos. Por eso, la comunicación siempre es un aliado para solucionar problemas o desencuentros que, inevitablemente, sucederán un día u otro.
- Insatisfacción laboral. El salario, las políticas de empresa, las escasas o nulas posibilidades de desarrollo, la falta de flexibilidad o los horarios y jornadas interminables serían ejemplos de insatisfacción en el trabajo que afectan al rendimiento. Actualmente, uno de los aspectos que más se tiene en cuenta a la hora de valorar positivamente un puesto de trabajo es el salario emocional y, en concreto, la conciliación laboral.
- Distracciones. Bien sea con notificaciones de mensajería instantánea o eternas reuniones que son prescindibles, son cosas que, sin darnos cuenta, nos roban una enorme cantidad de tiempo productivo.
- Circunstancias personales. Partimos de la base de que todas las personas contamos con una vida personal al margen de la profesional, aunque se mantienen claramente diferenciadas es cierto que cuando cualquiera de ellas tiene efectos nocivos sobre nosotros (estrés, preocupaciones, desánimo…), sus efectos trascienden a todas las facetas de nuestra vida.
En Ecoembes creemos que es esencial monitorizar todas estas amenazas que afectarán al rendimiento y al bienestar de nuestros trabajadores, y dedicamos especial atención al clima laboral incómodo, tanto a nivel ambiental como a nivel relacional, para que nuestros empleados trabajen en un entorno positivo.
Cómo evitar el bajo rendimiento laboral
Al margen de lo que supone a nivel individual el bajo rendimiento laboral, debemos tener en cuenta que puede convertirse en una actitud tóxica que se puede contagiar por toda la organización, por ello es prioritario mantener una actitud preventiva por parte de la organización:
- Cada trabajador debe conocer sus funciones y responsabilidades. Esto implica fijar objetivos y límites de manera que no existan responsabilidades diluidas.
- Mantener un diálogo constante. Es importante conocer cómo sienten los trabajadores, cuales son sus objetivos profesionales, sus necesidades de formación… Al mismo tiempo es necesario informarles de los aspectos positivos y negativos de su ejecución, que permitirán motivarles y ayudarles a evolucionar.
- Recompensar el compromiso. El poder de acciones tan sencillas como reconocer los logros, valorar el esfuerzo y el compromiso tienen un efecto muy positivo en los trabajadores. Permite a los miembros de la organización saber que se les valora positivamente y esto reduce el riesgo de que sufran el síndrome del trabajador quemado.
Las revisiones de productividad serán una herramienta muy útil para cumplir estos objetivos, ya que permiten que el empleado pueda justificar su rendimiento y que el departamento de RRHH pueda identificar los problemas que están dificultando el desarrollo de su trabajo (falta de formación, estrés laboral, problemas personales…). Por supuesto, contar con una buena política de personas y un buen clima laboral nos ayudará a gestionar exitosamente este tipo de casos y, en consecuencia, contar con personas más competitivas y motivadas sin tener que recurrir al relevo.