Capacidades cognitivas: percibir y comprender el mundo que nos rodea
Las capacidades cognitivas son aquellas que tienen que ver con el procesamiento de la información y con la facultad de emplearla posteriormente. Es decir, aquellas que contribuyen a lo que entendemos como el aprendizaje, como son -entre otras- la percepción, la atención, la comprensión, la memoria y el lenguaje.
Las más importantes, por ser preliminares del resto de capacidades -y que además dependen de nosotros, por lo que son moldeables- son la percepción y la atención, de acuerdo con los especialistas.
La percepción para entender la información
Mediante la percepción, la primera función que se pone en marcha para adquirir la información, descodificamos los mensajes; es decir, damos significado a los estímulos que nos llegan, las cosas que ocurren en nuestro entorno. La forma en que vemos e interpretamos los hechos es el punto de partida para realizar el resto de funciones cognitivas. La percepción de cada uno se ve influida por aspectos psicológicos internos, como la experiencia, las obsesiones y fobias, los deseos y fili, expectativas o valores propios.
Atención para organizar la información que nos llega
La atención, por su parte, también tiene la ventaja de ser una capacidad cognitiva que podemos dirigir, a través de procesos selectivos y pensamiento lateral(cuando nos centramos en un solo estímulo), de distribución (cuando nos centramos en varias cosas a la vez) y de mantenimiento (cuando atendemos durante largos periodos de tiempo).
Comprensión y análisis de la información
Pasado este punto, la siguiente habilidad que se pone en marcha es la comprensión. Consiste en entender la información que nos llega a través del análisis, la crítica y la reflexión. Depende de la interacción entre la percepción, el lenguaje y lo que ya conocemos y recordamos.
Y aquí es donde entran en juego otras capacidades cognitivas, como la memoria y el lenguaje. La primera es la función que nos permite almacenar y recuperar información, la cual se puede entrenar mediante diversos ejercicios. La segunda, relacionada también con la memoria, nos permite recordar de forma instintiva la relación entre el significado y el símbolo (la palabra).
Estas habilidades se pueden fortalecer mediante el aprendizaje del aprendizaje (o la metacognición), que consiste en, siendo conscientes de nuestra incidencia sobre la percepción y atención propias, influir en ellas de la forma en que mejor nos convenga.
Y es que, dominar en qué ponemos el foco y cómo percibimos la información va a condicionar los recuerdos que poseemos y nuestra habilidad para comprender y adaptarnos al entorno. En Ecoembes pensamos que todo ello esencial para ser una persona resiliente, capaz de sobrellevar situaciones complejas, y que nos será útil tanto en el ámbito personal como en el profesional.
Desarrollar las capacidades cognitivas en un punto clave y destacable si intentamos mejorar nuestra marca personal, haciéndolo presente como un dato importante de nuestras cualidades profesionales.