Crisis bien gestionadas
Las crisis bien gestionadas, tanto internas como externas a una organización hacen que puedan surgir en sus colaboradores emociones o pensamientos que pueden afectar a su bienestar físico y a su rendimiento. Una buena gestión de estas situaciones desde el departamento de recursos humanos es fundamental desde el principio.
Las crisis bien gestionadas tienen siempre las mismas características. Lo primero para evitar rumores y aumentar la preocupación y la ansiedad es desarrollar junto a la dirección y el departamento de comunicación un mensaje corporativo unificado, claro y transparente sobre la situación. Anticiparse a las preguntas del personal con un comunicado o a través de reuniones, que siempre es un canal más abierto que permite repreguntar, puede ser una buena opción.
Usa medios a tu alcance para gestionar una crisis
Si la organización dispone de Intranet, este puede ser también un buen medio para mantener la fluidez de la comunicación que así puede ser actualizada y bidireccional, ya que es importante que la plantilla se sienta escuchada y se les haga partícipes del proceso para que se mantenga motivada. Por esta razón, se puede también habilitar un buzón virtual por el que se canalicen dudas, y asignar a algún responsable del departamento de recursos humanos que se encargue de gestionarlo.
Hay que fomentar más que nunca el trabajo en equipo y el compromiso con la cultura organizacional al tiempo que se gestionan adecuadamente las expectativas sin prometer nada que no se pueda cumplir.
En lo que se refiere a las crisis provocadas por conflictos internos surgidas entre colaboradores de una misma organización bien en el terreno personal o entre departamentos por una cuestión de objetivos, la habilidad de los directivos es fundamental para reconducirlas hacia un fin productivo sin dilatar su resolución, ya que diversos estudios indican gestionar y solucionar conflictos toman a los líderes en torno al 30% de su tiempo, según recoge la Cámara de Comercio de Sevilla.
A la hora de afrontar negociaciones o conflictos tanto con equipos como clientes destacan las estrategias basadas en la teoría del juego y el modelo multifase. Son recursos muy útiles para las crisis bien gestionadas.
La primera goza de mejor reputación porque busca el beneficio de todas las partes. El interlocutor principal o mediador busca el consenso para alcanzar el beneficio mutuo en interés de la organización. En cambio, la segunda sigue un esquema determinado que se divide en varias etapas. La primera es la planificación, en la que determina qué es lo que se quiere conseguir y cómo. También qué se está dispuesto a renunciar para lograr la consecución de los objetivos organizacionales. La segunda etapa es el diálogo, la negociación. Requiere habilidades como flexibilidad, tolerancia, persuasión, honestidad, respeto, asertividad… La última fase sería el análisis y la revisión del acuerdo alcanzado.
De todas las crisis bien gestionada se sale reforzado.