Inversión socialmente responsable para empresas

Inversión socialmente responsable

La preocupación por la sostenibilidad no afecta sólo a procesos productivos, hablamos de un asunto transversal que ha de trascender a todos los ámbitos. Por supuesto, el mercado financiero no está exento de este compromiso, y encuentra la fórmula de conectar con la sostenibilidad a través de la denominada inversión socialmente responsable

¿Qué es la inversión socialmente responsable? 

La inversión socialmente responsable es aquella que tiene como objetivo factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo, y no se fundamenta en criterios exclusivamente financieros, ya que tiene como fin último tener un impacto a largo plazo en la sostenibilidad de nuestros recursos y el bienestar de la sociedad. Hablamos por tanto de operaciones financieras que influyen tanto a particulares como empresas. 

Para que una inversión sea considerada como socialmente responsable, debe involucrar a una empresa que pueda enmarcarse dentro de esta categoría. Esto significa que debe ser una empresa cuya actividad tenga carácter ambiental (su actividad tendrá un impacto más o menos directo en la gestión del agua, la calidad del aire, uso de energías limpias, protección de la biodiversidad…) o social, o que independientemente de su actividad, cuente con buenas prácticas de gobierno corporativo, es decir, que sea una organización que introduce criterios éticos, sociales y ambientales en sus procesos de toma de decisiones. Siempre quedarán fuera de la categoría de empresa socialmente responsable, aquellas que puedan tener un impacto negativo en la sociedad (empresas de armamento, tabaco, juego..) o las que incumplan tratados internacionales como Pacto Global de las Naciones Unidas (por ejemplo quedarían fuera de esta categoría las empresas que recurran a la explotación de menores). 

Las inversiones socialmente responsables se pueden realizar invirtiendo directamente en una determinada empresa o a través de fondos de inversión cotizados (ETF) de inversión socialmente responsable (ISR). Se trata de fondos de inversión colectiva muy rentables, que cotizan en los mercados financieros del mismo modo que lo hacen las acciones, pero se constituyen como un producto en el que se pueden incluir distintos tipos de valores. De este modo cada participación representa una cartera de acciones que reproduce el funcionamiento de un índice bursátil de referencia. Los ETF ISR tienen la cualidad constituir una cartera de inversión responsable, en las que además de la rentabilidad financiera, existe la intención por parte del inversor de impactar positivamente en la sociedad. 

En Ecoembes, estamos convencidos de que cada pequeño gesto impacta en nuestro entorno y define nuestra manera de estar en el mundo, y encontramos en este tipo de inversiones la fórmula perfecta para reforzar los esfuerzos que hacemos las empresas para ser cada vez más sostenibles. 

El origen de las inversiones socialmente responsables 

Las ISR surgen ligadas de forma inevitable a la responsabilidad social corporativa: a partir del momento en que las empresas empiezan a preocuparse por su impacto en el medioambiente y la sociedad, cambia su manera de estar en el mercado. 

Ligado a este cambio de mentalidad surge en 1999 el Dow Jones Sustainability Index, el primer índice global que tiene en cuenta criterios de sostenibilidad, y evalúa a las principales empresas del planeta en base a ellos. Para ello toma el Dow Jones Global Total Stock Market Index, y selecciona a las empresas más sostenibles (tomando en torno a un 10% del total), teniendo en cuenta el tamaño de la empresa y su evaluación ambiental, social y de gobernanza. 

El impacto que las cuestiones ambientales, sociales y de gobierno corporativo tienen sobre las operaciones de inversión hizo que en 2005 la ONU acordara los Principios de inversión socialmente responsable, cuyo objetivo era que contribuyeran a hacer el desarrollo económico sostenible, y alinear las inversiones con objetivos sociales y medioambientales: 

  • Principio 1. Las entidades adheridas a los Principios de Inversión deben incorporar cuestiones Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo (ASG) en los procesos de análisis y de toma de decisiones en materia de inversión. 
  • Principio 2. Las entidades deben jugar el papel de propietarios activos, incorporando cuestiones ASG en sus políticas de inversión y prácticas empresariales. 
  • Principio 3. Las entidades abiertas a procesos de inversión deben facilitar a los inversores la información necesaria sobre las cuestiones ASG que les afectan.
  • Principio 4. Los inversores se comprometen a promover la aceptación y aplicación de los Principios de inversión socialmente responsable. 
  • Principio 5. Las entidades se comprometen a colaborar entre sí para mejorar la eficacia en la aplicación de los Principios. 
  • Principio 6. Las entidades se obligan a informar sobre los progresos que hagan en la aplicación de los Principios. 

Posteriormente, en 2015, la ONU aprobó los Objetivos de Desarrollo Sostenible: 17 hitos que comprometían a gobiernos e, inevitablemente, a empresas, a trabajar en diferentes líneas (agua, energía, innovación, igualdad…), para erradicar la pobreza, proteger el planeta y corregir las desigualdades, con el objetivo de que el desarrollo de nuestras sociedades de cara a 2030 sentase unas bases de sostenibilidad. 

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