Mi primer trabajo: Claves para afrontarlo

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¿Acabas de comenzar tu carrera profesional? ¡Bienvenido a tu nuevo camino! Nuestro primer trabajo probablemente venga cargado de sentimientos encontrados: ilusión, temor, entusiasmo, miedo… La gestión de esas emociones, clave para afrontar una nueva incorporación.

La prudencia y el cuidado de los detalles deben ser los cimientos de un primer contacto positivo. En un momento de análisis por ambas partes, cada detalle importa, con el fin de continuar generando esa buena imagen y perspectiva ya iniciada durante el proceso de selección. Si no, no habríamos llegado a esa situación.

Consejos para el primer empleo

Puntualidad

Esto implica muchas cosas como, por ejemplo, ser puntuales. Pero no hablamos de la puntualidad tal y como la conocemos. Para un primer día de trabajo, ser puntuales significa llegar con un margen de entre 5 y 15 minutos de adelanto. De alguna forma estaremos diciendo que estamos muy interesados en empezar esta nueva etapa. Además, presentarnos algo antes nos aportará tranquilidad al poder analizar con más calma y tiempo nuestro nuevo entorno. Es importante tener en cuenta todos los posibles contratiempos que puedan suceder, por lo que los plazos de tiempo en estas situaciones, deberán alargarse.

Cuida la vestimenta

Otro de los aspectos a valorar en relación a la primera impresión tiene que ver con la vestimenta. Es necesario optar por prendas correctas para el puesto, que no desentonen, pero con las que nos sintamos cómodos y nosotros mismos. En primer lugar, deberemos entender o conocer el código de vestimenta de la organización, para lo cual es esencial preguntar o poner atención durante el proceso de selección. Es importante tener en cuenta y mentalizarse de que el proceso de selección no sólo sirve para que nos conozcan a nosotros, sino que nosotros también estamos conociendo diferentes aspectos de la empresa. Analizar al detalle de forma previa nos puede dar seguridad e información esencial para una buena incorporación.

Siempre mantén una actitud positiva

En lo referido a todo el período de integración, es necesario mantener una actitud positiva y que demuestre todo el interés por formar parte de todo aquello. Como siempre, lo es todo. Deberemos adoptar una postura humilde y positiva, con la que mostremos de forma clara que estamos en ese momento para escuchar, aprender y mostrarnos proactivos y resolutivos desde el minuto uno.

Si bien esa postura humilde y positiva debe llevarse por bandera en los primeros momentos profesionales, de aprendizaje e integración, en la parte social que compone el entorno laboral, debemos mostrarnos de la misma manera, además de decididos y cercanos. De cara a entablar nuevas relaciones, con los compañeros de trabajo o departamento, aprovechemos esos momentos para revelar nuestro lado más simpático y seguro a la vez. Y por supuesto, no deberemos rechazar ninguna invitación. Es el momento de comenzar a hacer contactos, y de situarnos.

No tener miedo a preguntar

Por último, es importante dejar claro que no sabremos todo de la organización, la posición y las tareas hasta meses después de incorporarnos. Por ello, preguntar y resolver dudas es algo natural, y que debe ser visto en positivo. No muestra desconocimiento y falta de motivación, sino interés y actitud de cara al trabajo. Y es que, al fin y al cabo, de lo que hablábamos al principio, tiene mucha parte el disfrutar del trabajo. La gestión de todas estas emociones y situaciones se realiza de manera más eficaz y positiva desde una postura de disfrute en el puesto de trabajo. Está demostrado que una persona feliz en su puesto de trabajo es mucho más eficiente y productiva.

Por tanto, debemos comprometernos a asentar una rutina que nos motive, que nos cargue de energía cada mañana cuando nos despertemos.

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