¿Qué es una empresa sostenible?
En los últimos años los ciudadanos hemos incorporado una serie de hábitos a nuestra vida diaria para intentar cuidar el medio ambiente. Se puede decir que nos estamos concienciando, o estamos en proceso. Ir en bicicleta por la ciudad, disponer de varios cubos en casa para separar la basura, cuidar el gasto energético y de agua en el hogar o reducir el consumo de plásticos han dejado de ser excepciones para convertirse en normas. Y, si en nuestra casa ya cumplimos con nuestro deber para con el planeta, ¿por qué no lo hacemos también en el trabajo, y convertimos nuestra empresa en una empresa sostenible?
¿Qué es una empresa sostenible?
El mundo empresarial también nos está acompañando en este proceso y cada vez es más común encontrarnos con empresas sostenibles. ¿Y qué es una empresa sostenible? Aquella que intenta tener un impacto positivo en el entorno donde desarrolla su actividad, ya sea reduciendo la contaminación o impulsando un modo de vida más saludable entre la población (tanto en el aspecto alimenticio como impulsando la práctica de distintos deportes para reducir el sedentarismo, entre otros).
Las empresas sostenibles también promocionan entre sus empleados actitudes más respetuosas con la naturaleza y apuestan por medir y reducir su huella de carbono. Además, sus productos y servicios tienden a tener una certificación de sostenibilidad, que aporta información sobre los procesos y materias primas usadas para la confección del artículo final.
Podríamos describir a las empresas sostenibles con dos adjetivos: eficientes y eficaces. Eficientes, en tanto que maximizan el aprovechamiento de los recursos y, eficaces, en tanto que su estrategia sirve también para alcanzar los objetivos de la compañía. Y es que esta concepción empresarial sirve también como diferenciador en un mercado muy competitivo. Hace que el producto resulte mucho más atractivo al público, que sin duda premia esta actitud protectora del medio ambiente.
Este tipo de políticas sociales y medioambientales son las más rentables y las que auguran un mayor recorrido en el futuro, ya que resultan también sumamente atractivas a los accionistas, que están invirtiendo en los llamados productos de inversión socialmente responsable (IRS), productos que incorporan criterios éticos, sociales y ambientales al proceso de toma de decisiones de inversión sumándolos a los criterios clásicos.
Hábitos sostenibles en la oficina
A nivel práctico son varios los cambios que se pueden adoptar en la oficina para acercarse más a la sostenibilidad:
- Reducir las impresiones en papel a las estrictamente necesarias y, a ser posible, imprimir en papel reciclado. También se pueden utilizar las tiras de papel triturado como embalaje para envíos, evitando así usar plástico de burbujas.
- Animar a los compañeros a que beban en termos o tazas de café para evitar las de usar y tirar de plástico o las cápsulas. Lo mismo con las botellas de agua de la oficina.
- Organizar las reuniones por internet a través de Skype o Hangout, no solo son sin duda algo que contribuye al salario emocional de los trabajadores, sino que ayuda a ahorrar energía en el transporte. Apostar por el vehículo eléctrico con fuentes de energía renovable y evitar tomar vuelos por trabajo.
- Apagar la luz al abandonar una sala. Aunque pueda sonar a broma, es habitual en las empresas que gran cantidad de ordenadores, routers o equipos se queden encendidos toda la noche, provocando un alto gasto energético.
- Incorporar elementos naturales, plantas de oficina que como ya hablamos aumentan la participación laboral de los empleados, haciendo que estén más física, cognitiva y emocionalmente involucrados en su trabajo. Fuera aparte de los beneficios que reportan para purificar el aire.
El trabajo es una de las actividades a las que más horas dedicamos al final de la semana, por lo que el papel que juegan las empresas es vital en este camino hacia la sostenibilidad y hacia el aprovechamiento responsable de unos recursos naturales que se agotan.
Para velar por todo este proceso en muchas empresas existe la figura del departamento de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) que engloba todas las acciones que se llevan a cabo para mejorar el medio ambiente, la economía y la sociedad. En resumidas cuentas, podríamos decir que una empresa sostenible es aquella que se preocupa de satisfacer las necesidades de la sociedad actual de manera responsable y, así, trata de garantizar el futuro de las generaciones venideras.