Mejorar las relaciones profesionales a través del código de conducta

código de conducta

Llevar traje o vestimenta informal, principios de confidencialidad, el respeto por el medioambiente… Todos estos son aspectos que la empresa transmite a sus empleados a través del código de conducta, una herramienta esencial a la hora de regular comportamientos y lograr un ambiente de trabajo saludable que garantice el bienestar de los trabadores. 

¿Qué es el código de conducta? 

Un código de conducta es un conjunto de reglas que tratan de definir las prácticas y comportamientos acordes con una organización. Este documento parte del código ético, que establece los principios que rigen la manera de actuar dentro de dicha organización. 

El código de conducta transforma los principios establecidos en el código de ética en una serie de directrices concretas que permiten a los trabajadores entender qué se puede hacer y qué no, de hecho, cuando surjan conductas disonantes con la organización será conveniente revisar tanto el código de conducta como el de ética, para valorar si es necesario hacer ampliaciones en ambos con el objetivo de proteger los intereses de la empresa de la forma más completa que sea posible. 

El código de conducta, por tanto, establece las pautas y procedimientos que permiten determinar si se han producido violaciones del código de ética y establecer una serie de consecuencias para tales comportamientos. 

Gracias a la combinación de ambos códigos es posible evitar situaciones perjudiciales para la empresa como conflictos de interés, sobornos, corrupción… 

¿Qué información encontraremos en el código de conducta? 

El código de conducta debe reflejar los principios que definen el marco de acción, las conductas (deseadas y reprobatorias), y las consecuencias de incumplimiento del mismo:  

  • Misión, visión y valores. Esto resume qué hace la empresa y de qué manera lo hace, algo que, inevitablemente, debe trasladarse a la manera de hacer de los empleados cuando están dentro de la empresa o actúan en su nombre. Normalmente estos tres aspectos se resumen brevemente y constituyen el ADN de la empresa. Es importante que todos los trabajadores los conozcan, porque esto de forma natural les impulsará a actuar de manera acorde a ellos. Es además interesante recoger valores adicionales que ayuden a acotar mejor el tipo de conductas y clima laboral que se quiere potenciar: trabajo en equipo, respeto, solidaridad… 
  • Conductas deseadas. En este punto la organización recoge los comportamientos que encarnan su esencia. Los factores que deben ocupar un lugar prioritario son aquellos que guardan relación con la protección de los derechos fundamentales, los derechos laborales, la protección del medioambiente. Por ejemplo, en Ecoembes, al igual que en muchos empleos verdes, el cuidado del medioambiente ocupa un papel fundamental y ha ido perfilando nuestra manera de trabajar para lograr que nuestra actividad diaria esté alineada con la sostenibilidad. 
  • Conductas prohibidas. En este caso la empresa debe recoger todas aquellas actitudes que se oponen a sus valores: discriminación, racismo o acoso, pero también aquellas que alberguen un conflicto de intereses, como la corrupción y el soborno. 
  • Consecuencias de incumplir con el código de comportamiento. En ocasiones puede surgir disonancia entre los intereses o valores del trabajador y los de la empresa, y por ello es importante informar acerca de las consecuencias de incumplir el código. Como veremos a continuación, actuaciones que dañen gravemente a la empresa o a compañeros pueden tener incluso consecuencias legales, pero para poder conseguir un compromiso real es necesario que las personas que forman la empresa entiendan que no actuar conforme a su código de comportamiento puede tener repercusiones negativas. Estas pueden llegar a modo de sanción disciplinaria (amonestaciones verbales o escritas, suspensión de empleo y sueldo, pérdida temporal o definitiva del nivel profesional, inhabilitación para posibles ascensos) y variarán en función de la gravedad del asunto (no es lo mismo llegar tarde de forma repetida que ser responsable de una situación de acoso laboral). 
  • Sanciones legales. El código de conducta sirve para prevenir situaciones no deseables, y por ello debe contemplar las consecuencias legales que podrían tener las conductas extremadamente disonantes con los valores y los intereses de la empresa. Por ejemplo, trasladar información confidencial a la competencia, utilizar datos de clientes, comportamientos corruptos… De esta manera se establecen unos límites claros acerca de lo que se puede hacer y lo que no, y se hace hincapié en conductas inadmisibles que, de hecho, tendrán consecuencias legales. 

Organizaciones más saludables 

El código de conducta es un documento, principalmente de uso interno, que la empresa elabora para mejorar sus procesos y funcionamiento, y para proteger a sus trabajadores. No obstante, existen ciertos límites que no se deben perder de vista para lograr que sea realmente útil. 

Si partimos de la base de que el código de conducta sienta las bases para alcanzar comportamientos éticos, saludables y justos, es fácil entender que las premisas a la hora de elaborarlo deben ser que esté alineado con las leyes y favorezca el diálogo social. 

En lo que respecta a los trabajadores, el código de conducta no se debe contemplar como un corsé que limita su libertad, sino como una herramienta para garantizar sus derechos y su convivencia, y para protegerles de posibles riesgos que pudieran derivarse de su actividad profesional (negligencias, acoso laboral, trato discriminatorio…). 

Volver a las noticias
Categorías
Volver a las noticias
Volver arriba