Gestión de equipos eficaces: La clave para conseguirlo
La alta competitividad a la que se enfrentan día a día las empresas ha creado la necesidad de invertir en el capital humano, principalmente formándolo y realizando una correcta gestión de equipos eficaces. Pero… ¿Cómo debe concebirse este aprendizaje? A través de la capacitación y del desarrollo personal. A lo largo de los años, su significado ha ido variando hasta llegar al enfoque que conocemos a día de hoy: un proceso educativo con un objetivo común encaminado a que los miembros de un equipo, sea cual sea el nivel en la jerarquía de las empresas, desarrollen aquellas actitudes y habilidades que los beneficiaran a sí mismos y a la empresa.
Características de los equipos efectivos de trabajo
Así explican algunos expertos en recursos humanos las diferencias entre capacitación y desarrollo: mientras que la primera piensa en el presente, la segunda se centra en el futuro. Pero, evidentemente, ambos conceptos se caracterizan por tener asociados ciertos distintivos:
- La capacitación hace frente a un desafío inmediato y enseña en un corto período de tiempo. El desarrollo se plantea con una estrategia a varios meses o años vista, por lo que los resultados se obtienen en un periodo de tiempo.
- Implementación. Si la capacitación se centra en formar a un individuo en un puesto de trabajo concreto, el desarrollo hace hincapié en construir una trayectoria profesional exitosa.
- Para la capacitación se plantean objetivos muy específicos, pero cuando hablamos de desarrollo los objetivos son más amplios y abstractos, como cambiar hábitos o asuntos relacionados con cuestiones filosóficas.
- Mientras que la capacitación, a menudo, se imparte en grupo, el desarrollo requiere de una personalización minuciosa.
Condiciones para que los equipos de trabajo sean eficaces.
Los responsables de RRHH deben de tener en cuenta ciertos aspectos a la hora de elaborar planes de capacitación y desarrollo personal, como la constancia, ya que la formación de los empleados debe ser continua; la tecnología y la innovación para estar siempre a la última; y la personalización y el enfoque. Hay varios tipos de capacitación y desarrollo de personas que se pueden aplicar dentro de una empresa para poder alcanzar los resultados deseados, tanto a nivel personal como profesional. Lo que llamamos “ser exitosos”:
- Capacitación organizacional. El objetivo es organizar mejor las estrategias utilizadas y optimizar los resultados, por medio de conferencias, talleres o incluso cursos online.
- Comunicación asertiva. Saber conversar de manera clara, objetiva y respetuosa es esencial para crear un ambiente agradable, que incentive la interacción y el intercambio de saberes entre las personas.
- Entrenamiento de liderazgo. Sirve para que los líderes perfeccionen sus habilidades de gestión de personas, conflictos y tiempo, administración de metas y pensamiento crítico.
- Entrenamiento motivacional. Problemas con compañeros de trabajo o jefes, actividades monótonas, falta de identificación con las funciones que desarrollamos y la poca perspectiva de crecimiento son alguno de los motivos por los que nos desanimamos, y nuestra productividad baja. En ese caso, lo ideal es implementar en los equipos programas de entrenamiento motivacional.
- Desarrollo de competencias y habilidades sociales. Lo primero es detectar cuáles son las competencias y habilidades necesarias para realizar nuestra función. Y, después, localizar las competencias individuales que ya funcionan para hallar las que echamos en falta.
- Coaching corporativo. Con el uso de esta técnica se busca el desarrollo individual y colectivo, con el foco puesto en la mejora de resultados.
Los empleados motivados, que se reconocen como parte de la empresa, presentan más posibilidades de alcanzar los resultados esperados. El informe ‘What Workers Want’ revela que 3 de cada 4 empleados no están motivados con su trabajo actualmente y se está planteando un cambio. Por eso, un adecuado programa de desarrollo y capacitación solo puede aportar beneficios como el aumento de productividad, atracción de mejores talentos y desarrollo de nuevos líderes, facilitar la autonomía y la autoconfianza, propiciar la comunicación y la reducción de los errores profesionales. Y, de paso, estaremos combatiendo la constante rotación ya que se ha determinado que es demasiado elevada.