¿Qué es el rendimiento sostenible?
A mediados de los ochenta se puso en circulación el concepto de ‘buen empleo’, que no necesariamente tiene que ser bueno para el trabajador si no para el conjunto de la sociedad y para la organización para la que presta sus servicios. En este sentido, está muy relacionado con el ODS 8 que se refiere al trabajo decente y al crecimiento económico pero que también engloba la igualdad, la no discriminación, las condiciones laborales y los derechos humanos.
La evolución de las definiciones de ‘buen empleo’ y ‘trabajo decente’ se recogen muy bien en el informe ‘Buen empleo, alto rendimiento sostenible y productividad’ (Bevan, Stephen. ‘High performance, good work and productivity’. The Work Foundation, 2012). Ahora bien, lo importante de este informe es que relaciona los conceptos de intensificación del trabajo, sistemas de trabajo de alto rendimiento y deterioro del ambiente de trabajo.
Resultados sobre el informe de Stephen Bevan sobre el rendimiento sostenible
Y es muy interesante lo que a continuación expone este informe, que, además, es un documento especial presentado en el Foro Europeo de Directores de Recursos Humanos celebrado en Lisboa en mayo 2012. Defiende que las organizaciones con sistemas de trabajo de alto rendimiento (STAR) Se caracterizan por:
- Rendimientos sostenibles
- Compensación competitiva
- Asignaciones flexibles de trabajo
- Formación
- Equipos autodirigidos
Estos puntos presentan mayores niveles de productividad y menor rotación de personal.
Beneficios de la implementación del Rendimiento sostenible
Cita una encuesta de Employee Participation in Organisational Change (EPOC) que revela que en más de 6.000 empresas de la UE, las organizaciones que han implementado grupos semiautónomos como parte de su organización flexible obtienen en un 68% de los casos una reducción de costes, en un 87% reducen los tiempos de producción, un 98% mejora sus productos y servicios y el 85% aumenta sus ventas.
De la misma manera, y en línea con lo que dicen los Principios del Pacto Mundial y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas este discurso debe enclavarse en cualquier caso con un cambio de modelo productivo que fomente el empleo verde y una economía sostenible.
Como recuerda el Informe ‘Empleo verde en una economía sostenible’ de la Fundación Biodiversidad todo ello tiene que ir unido a la inversión en tecnologías ambientales como medio para la creación de ‘valor sostenible’ de manera que el sistema productivo responda a una racionalidad ecológica y respeta la lógica cíclica de los sistemas naturales.
Como explica este documento no se trata de generar una nueva actividad verde, sino de convertir en verde la economía actual, “cambiando para ello tanto la forma de funcionar y relacionarse de las actividades productivas entre sí como la forma como se integran en el territorio”. De igual manera que se debe actuar así con los recursos, también con las personas.