Cómo convertir el primer día de trabajo en una nueva empresa en un éxito

Primer día de trabajo

Primer día de trabajo. Esta es una de esas “primeras veces” que difícilmente olvidaremos. La ilusión, las primeras impresiones, descubrir un nuevo espacio de trabajo y la identidad de esa organización de la que vamos a empezar a formar parte. Nuevos compañeros y jefes.

A pesar de todo el primer día de trabajo tiene una relevancia que muchas veces se pasa por alto, y es que según el estudio Support, Undermining, and Newcomer Socialization: Fitting in During the First 90 Days realizado por la revista “Academy of Management Journal”, el 4% de las personas que se incorporan a un nuevo puesto abandona después de vivir el primer día de trabajo como una experiencia desastrosa. Quizá la cifra no parezca relevante, pero si vamos más allá, el 22% de la rotación de trabajadores se produce en los 45 días posteriores a su contratación. 

Teniendo en cuenta la minuciosidad con que se preparan las entrevistas de trabajo, y el coste que supone para las organizaciones esta rotación (el triple del sueldo del antiguo empleado), es importante dedicar esfuerzos a la adaptación de las personas a la empresa para que el primer día de trabajo sea lo más exitoso posible para empezar con buen pie.

Desde el punto de vista del empleado

Partimos de la base de que el empleado se incorpora a una estructura muy definida, y precisamente por ello hay mucho que hacer a nivel individual para contribuir a que el encaje en la nueva estructura sea satisfactorio para todas las partes, por eso te damos unos consejos para superar el primer día en una nueva empresa.

  • Cuidar las primeras impresiones: llegar con puntualidad, descansados y con buen aspecto (en este sentido hablamos de aseo, pero también respetar el código de vestimenta acorde a la cultura de la empresa), va a inclinar la balanza en positivo hacia nosotros cuando nos incorporamos a un nuevo puesto de trabajo. 
  • Conocer la empresa antes de llegar: investigar su estructura, sus valores, su presencia a nivel internacional o en bolsa… no solo nos va a dar seguridad a la hora de integrarnos en ella, sino que es una clara muestra de interés y curiosidad que se valorará positivamente. 
  • Adaptarse a la cultura de la empresa: en ocasiones las entrevistas de trabajo ya nos dan una idea de si la empresa es tradicional, desenfadada… es importante adaptarse a la cultura que vamos percibiendo, y esto afectará a nuestra vestimenta, el grado de formalidad en las relaciones con compañeros, superiores y proveedores… 
  • Buscar el término medio: a la hora de entablar las primeras relaciones es recomendable alejarse de los extremos, los compañeros querrán conocerte; actitudes demasiado introvertidas o extrovertidas pueden suponer un obstáculo para nuestra integración con el resto de los compañeros. 
  • Socializar proactivamente: puede ocurrir que en los primeros días de trabajo los compañeros traten de integrarnos, en cualquier caso, somos los que llegamos a una estructura ya establecida, por lo que debemos ser proactivos y tratar de entablar relaciones aprovechando momentos más distendidos como el café o la comida, momentos previos o posteriores a una reunión… Hacer preguntas si tenemos alguna duda u ofrecernos para ayudar tendrá un efecto muy positivo en nuestras relaciones. 
  • Identificarnos con valores que sean atractivos paras los demás: mantener una actitud arrogante, individualista o negativa puede determinar que no lleguemos a integrarnos. Todos tendemos a sentir una mayor atracción hacia personas positivas, amenas, humildes y colaboradoras, por lo que mostrar estas actitudes nos abrirá muchas puertas. 
  • Mantener una actitud relajada: si estás ocupando un puesto en esa empresa es porque eres la persona adecuada. Después del proceso de selección la empresa cuenta con la integración, por lo que el primer día no es el momento de dar lecciones ni de demostrar nada, solo tenemos que aprender, entender nuestras funciones, conocer el entorno y a los compañeros… Cuanto más nos exijamos más tensos estaremos y perjudicaremos ese proceso de integración. 

Primer día desde el punto de vista de la empresa

La entrada de un nuevo empleado en una organización es un proceso en el que esta debe poner especial cuidado. Del mismo modo que se realiza un esfuerzo para seleccionar al futuro empleado entre multitud de candidatos, debe trabajarse también en la integración del mismo en la organización. Este proceso incluye el primer día, por supuesto, pero continúa incluso varios meses después, de manera que pueda integrarse en la organización a todos los niveles:  

  • Introducción a la empresa: el primer día de trabajo la persona responsable de su integración debe introducir al empleado en la organización dándole a conocer el negocio (independientemente de que proceda del mismo sector) y todas las particularidades de la empresa. No se debe dar nada por sabido solo el conocimiento y la comprensión profunda de la empresa facilitará una buena integración para superar con éxito el primer día. Dedicar un mínimo de 15 minutos a ello es imprescindible.
  • Funciones y procedimientos: en este punto el foco se sitúa sobre las funciones que el nuevo empleado tendrá que desarrollar, los sistemas de trabajo, horarios y dinámicas internas. El objetivo es que entienda su lugar en la estructura y cómo desenvolverse en ella. 
  • Cultura y valores: la transmisión de la cultura y valores de la empresa debe realizarse a través de diferentes canales: manual de marca, mensajes expuestos en las instalaciones, comportamientos y actitudes ya instalados… El nuevo trabajador irá asimilando la cultura y valores de forma gradual, solo si está alineado con ellos logrará integrarse en la empresa. 
  • Integración social con el equipo de trabajo: la importancia de las relaciones sociales es indiscutible, y más en el contexto de trabajo. La propia organización debe propiciar que los nuevos trabajadores establezcan vínculos personales saludables, porque esto redundará en su bienestar profesional, su productividad y su relación con la organización. 
  • Fidelización y desarrollo: cuando una empresa integra talento su siguiente objetivo es fidelizarlo, para ello se realizarán planes de desarrollo y formación acordes a sus necesidades y perfil personal y profesional. 

Realizar este proceso de integración con minuciosidad va a tener efectos positivos a muy diferentes niveles: en primer lugar, acelerará el proceso de adaptación, pero además lo hará de manera más efectiva, logrando buenos niveles de productividad en menos tiempo y una integración real con la cultura de la empresa. Todo esto mejorará el compromiso del empleado con la empresa y los índices de retención de talento. Sin lugar a dudas la inversión en integración se convierte en un elemento clave para mejorar la eficiencia de los procesos de reclutamiento

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