Mujeres directivas necesarias
En nuestro país tres de cada 10 puestos directivos están ocupados por mujeres. Comparado con otros países y según el ranking internacional de los 35 países analizados por Grant Thornton (‘Women in Business: hacia un avance real. 2019’), España se sitúa en el puesto 16. La mayoría de estas mujeres directivas desempeñan su cargo en empresas nacionales. Un 87% de compañías españolas tienen al menos una mujer directiva, cuando en 2012 este porcentaje era del 67%, así que la evolución hacia una igualdad efectiva está siendo positiva.
La importancia de la creación de culturas corporativas acordes con los tiempos
No solo es una cuestión de igualdad de género entre hombres y mujeres, sino que este aumento de los porcentajes de la mujer en puestos directivos tiene mucho que ver también con la nueva gestión de la diversidad en las empresas y como este concepto aporta riqueza y crecimiento a las organizaciones. De hecho, según McKinsey las compañías con un mayor número de mujeres CEO obtienen un mayor rendimiento. Tan es así que asegura que de no haberse producido una entrada de mujeres en el mercado laboral como la que se produjo en nuestro país en la década de los noventa, el PIB español correspondiente al 2015 habría sido un 18% por menor (‘Women Matter 2017. A way forward for Spain’).
Evitar leaky pipelines en las mujeres que ocupan cargos directivos
Para facilitar la presencia de la mujer en esta tipología de puestos de alta responsabilidad desde el área de recursos humanos se pueden manejar distintas herramientas como desarrollar programas de desarrollo de competencias profesionales o utilizar indicadores de diversidad y equilibrio de género. Hay que garantizara un acceso equitativo y fomentar el talento femenino. También es muy importante fomentar la promoción de mujeres en cargos de responsabilidad en puestos de mando intermedio para evitar los que se conoce en el argot profesional como ‘fugas en la tubería’ (‘leaky pipelines’). Este concepto se refiere al estancamiento laboral femenino, sobre todo en ciertos sectores, cuando llegan a la mediana edad o en el momento de promocionarse a niveles más altos lo que incluso puede llegar a causar el abandono.
Asimismo, la flexibilidad horaria y el teletrabajo mejoran la conciliación al tiempo que aseguran la productividad. Por ejemplo, el Plan de Igualdad y equidad de Ecoembes, la flexibilidad horaria y las posibilidades de conciliación de esta organización, en la que un 65,6% de la plantilla son mujeres y este género es mayoría en el Comité de Dirección, le ha valido, entre otras medidas, que en 2020 Great Place to Work vuelva a reconocerla por séptimo año consecutivo como una de las mejores empresas para trabajar en España.
Por último, McKinsey también alude a la promoción de movimientos de colaboración entre empresas, lo que se ha denominado ‘advocacy’, para coordinar esfuerzos, fijar objetivos comunes, mejorar las prácticas corporativas y hacer transparente el seguimiento en el avance de la incorporación de la mujer a puestos directivos.